sábado, 5 de septiembre de 2015

Reventones

Como hoy ha amanecido el día un tanto gris y parecen haberse relajado los calores, me apetecía encender el horno y pasar un rato en la cocina preparando unos deliciosos pastelillos sefardíes, los reventones. Desde que escuché la receta en RNE Emisión en Sefardí les tengo ganas, así que llegó el momento.

Son muy muy fáciles de preparar, y muy agradecidos. Están verdaderamente deliciosos. Recuerdan mucho a la repostería árabe por tener como ingrediente principal frutos secos, por lo que  hay que tener cuidado y no pasarse al comerlos. Ahí va la receta:


Ingredientes: 
  • 300 gramos de almendras crudas con piel
  • 125 gramos de nueces
  • 200 gramos de azúcar blanca

  • la cáscara de un limón rallada
  • 2 huevos
  • 1 cucharadita de canela
  • azúcar glass 

Preparación:

Triturar las almendras y la nuez por separado hasta convertirlas en harina. En la receta original se indican que las almendras deben ser enteras y con piel, pero yo las he comprado ya peladas y molidas.  Mezclar en un bol la almendra y la nuez picada con el azúcar, la ralladura de limón, la canela, y los huevos. Tapar y dejar reposar el día antes a la elaboración en el frigorífico (o de la mañana a la noche, como he hecho yo). 


Una vez reposada la masa, formar unas bolitas del tamaño de una nuez, pasarlas por azúcar glass, colocar sobre papel sulfurizado, y hornear a 180 ºC entre 8 y 10 minutos, hasta que al pinchar una se vea que se han puesto crujientes. Las bolitas se resquebrajan con el calor, lo que les da su aspecto final y de ahí el nombre.



Aquí os dejo también para descargar en PDF el Recetario de postres sefardíes publicado por la Red de Juderías de España - Caminos de Sefarad en el que aparece esta entre otras ricas recetas de postres, para los que seáis cocinitas y os animéis a experimentar.

viernes, 28 de agosto de 2015

XVI Jornada Europea de la Cultura Judía

El próximo día 6 de Septiembre se celebra en 30 paises europeos la XVI Jornada Europea de la Cultura Judía, que tiene este año como lema principal Tendiendo Puentes.



Como cada año por estas fechas, la Red de Juderías de España - Caminos de Sefarad, ha preparado en colaboración con los ayuntamientos de las ciudades que la conforman un amplio repertorio de propuestas que abarcan todos los ámbitos de la cultura: música, gastronomía, exposiciones, conferencias y visitas a lugares de interés.

Hay habilitado un mapa interactivo en el que se pueden consultar por ciudades la agenda de actividades.

Como sugerencia para este otoño, propongo visitar Jaen, ciudad con muchos atractivos, bastante desconocida, y que está realizando un importante esfuerzo por poner en valor su brillante pasado sefardí, especialmente este año en que celebra el 1100º aniversario del nacimiento de Hasdai Ibn Shaprut, su más ilustre hijo de origen judío. 

Menorá en Jaén
Menorá en la Plaza de los Huérfanos, Jaén

Aquí os dejo un enlace al programa de actividades, que incluye a lo largo de todo el mes de septiembre visitas guiadas, jornadas gastronómicas, exposiciones, conciertos y la proyección del documental El conocimiento es el principio, que relata los esfuerzos por la paz en Israel realizados por Daniel Barenboim y Edward Said con la creación del West-Eastern Divan Orchestra. Muy, pero que muy apetecible.

lunes, 24 de agosto de 2015

Medinaceli

Medinaceli es una villa soriana situada sobre una elevada meseta en el valle del río Jalón. En sus inmediaciones se encontraba el antiguo poblado celtíbero de Occilis, del que se han encontrado algunos restos. En el año 153 a.C. fue conquistada por las tropas romanas, y utilizada como campamento base para la conquista de Numancia.


Plaza Mayor de Medinaceli, con la Alhondiga y la Casa del Consejo en el centro

Debido a su estratégico emplazamiento, controlando desde lo alto el paso del valle del río Jalón, se convierte en un hito importante de la calzada romana que unía Caesar Augusta (Zaragoza) con Emerita Augusta (Mérida), pasando por Toletum (Toledo), según el Itinerario de Antonino. Y así hasta la actualidad, pues se encuentra al pie de la Nacional II.

Arco Romano

De la presencia romana, quedan en la ciudad un imponente Arco, visible desde el barrio de La Estación, junto a la carretera nacional, restos de la muralla original y algunos interesantes mosaicos. Además, fueron los romanos los que comenzaron a explotar las salinas de la zona mediante albercas de evaporación, lo cual ha constituido la principal actividad económica del municipio hasta la actualidad.

Tras la conquista musulmana, la ciudad recibe el nombre de Medina Salim del que deriva el actual, y se convierte en la capital de la Marca Media. Con el fin de contener el avance de las tropas cristianas en el siglo IX, desde allí se lanzaban cada verano las temibles aceifas capitaneadas por Almanzor, quien perdió la vida en el transcurso de una de ellas, al parecer debido a una enfermedad, pues la célebre Batalla de Calatañazor no fue más que un invento de la propaganda cristiana. Su cuerpo fue enterrado en la Alcazaba árabe, cuyos restos aun pueden visitarse en Medinaceli.


Alcazaba árabe


Puerta de la muralla árabe

Después de la caída de Toledo, Medinaceli es la única plaza importante en manos musulmanas al norte del río Tajo, hasta que en 1123 Alfonso I "El Batallador" la conquista.

De su etapa medieval cristiana, queda el trazado urbanístico de la ciudad, la Colegiata de Ntra Sra de la Anunciación,  una amplia Plaza Mayor porticada, y multitud de casas blasonadas de piedra. En la citada plaza se sitúan el Palacio de los Duques de Medinaceli, la Casa del Consejo y la Alhóndiga.


Panorámica de 360º de la Plaza Mayor. A la izquierda, el Palacio Ducal

En cuanto a la presencia judía en Medinaceli, no se conoce a ciencia cierta en que época comenzó. Se sabe que la judería estaba situada entorno a la calle San Román, que parte de la Plaza Mayor, y llegaba hasta la muralla. El primer documento conservado que atestigua la presencia judía data de 1187 y describe una transacción comercial. Al parecer la actividad económica de la comunidad en la zona era la comercial, entorno a las salinas, la lana, el paño y el préstamo y recaudación.

Calle San Román

Hijo ilustre de esta aljama fue Abraham Chicatilla, celebrado escritor, rabino, filósofo y cabalista del siglo XIII, que merece tener su propia entrada en este blog.

Por otra parte, la villa da nombre a uno de los títulos nobiliarios más antiguos de España, el Ducado de Medinaceli, anteriormente condado, otorgado por Isabel la Católica. Como curiosidad, citar que el primer duque,  Don Luis de la Cerda, fue mecenas de Cristóbal Colón durante dos años, viviendo el almirante durante un tiempo en Medinaceli, en el palacio ducal.

El noble, al parecer, quiso costearle el primer viaje a América, oferta que Colón rechazó por parecerle el trato ofrecido poco ventajoso para sus intereses. Yendo un poco más allá, Simón Weisenthal, el famoso cazador de nazis, asegura en su libro Operación Nuevo Mundo. La misión secreta de Cristóbal Colón, que el duque era nieto de una judía conversa e incluso, que él y Colón (de cuya ascendencia judía no duda), podrían estar emparentados. Aquí tendríamos en todo caso otro "sospechoso habitual"... y éste de rancio abolengo.


Beaterio de San Román, posible sinagoga

Al final de la calle San Román, se encuentra el beaterio del mismo nombre, un edificio abandonado que, debido a su emplazamiento y a su extraña planta, se considera que podría ser con bastante seguridad la antigua sinagoga. En época posterior a la expulsión de los judíos, se le añadiría al edificio una espadaña y se transformaría en templo cristiano, funcionando como parroquia hasta que en 1538, año en que es transformado en un beaterio femenino. Posteriormente se conviertirá en un monasterio de jerónimas, manteniéndo su actividad hasta 1939.

En el edificio llaman la atención los tres enormes contrafuertes situados en la fachada principal, así como la portada, con un llamativo arco de medio punto de piedra rojiza. Desgraciadamente, el techo se ha derrumbado en una parte de la nave, y el edificio entero es una ruina, como indican los carteles de advertencia.

Nevero medieval
Por último, en las cercanías del beaterio, en el exterior del recinto amurallado y orientado al norte, se puede contemplar una antiguo nevero de época musulmana que muchos consideran por su ubicación que podría ser de origen judío.

miércoles, 19 de agosto de 2015

Bayona - Baiona

Bayona (en castellano), o Baiona (en euskera y gascón) es el nombre de una ciudad francesa situada a poco más de 35 km de la frontera española de Irún y muy cerca de la costa cantábrica.


Bayona desde el Baluarte y las Murallas de Vauban

Pertenece al departamento francés de los Pirineos Atlánticos, en el antiguo Ducado de Aquitania, y forma parte del conglomerado urbano de Bayona-Anglet-Biarritz, denominado BAB. Y es de especial interés a la temática de este blog por la importancia que tuvo a lo largo de los siglos como ciudad de refugio y acogida para los judíos sefardíes expulsados del Pais Vasco, Navarra y Portugal a finales del siglo XV.

Debido a su estratégico emplazamiento, posee una historia larga y azarosa. La ciudad se conforma sobre un antiguo castro romano, Lapurdum (que acabará por dar nombre a la provincia vasco-francesa de Lapurdi),  en la confluencia de los rios Nive y Adur. En el siglo IX, y durante más de cien años, es ocupada por los vikingos, que transmiten a los habitantes de la zona sus conocimientos sobre navegación. Recuperada por el Duque de Vasconia, pasa a formar parte del Vizcondado de Labort y finalmente del Ducado de Aquitania. Tras el enlace matrimonial entre Leonor de Aquitania y Enrique II de Inglaterra, pasa a manos de la administración inglesa hasta que es recuperada por Carlos VII de Francia en el último episodio de la Guerra de los Cien Años. Todas estas vicisitudes, han dejado su huella en la actual Bayona, ciudad fortificada, en la que se hablan el francés, el euskera y el gascón, así como el castellano, por su proximidad a la frontera.

La ciudad se divide en tres barrios principales separados por el Nive y el Adur:

Grand Bayonne

Es el centro histórico y comercial de la ciudad. Sus calles están repletas de pequeñas tiendas de artesanía, chocolate, productos de la zona y bares dispuestos entorno a la Rue du Port Neuf y la Rue d'Espagne. Es muy recomendable visitar la Catedral gótica del s. XIII y su magnífico claustro, uno de los mayores de Francia, donde en verano se instala un mercado artesanal, el Castillo Viejo (s. XI), que sólo puede verse por fuera y las Murallas de Vauban cuyo foso contiene un precioso jardín botánico, y también el Ayuntamiento y el Mercado, dos edificios singulares junto al río Nive.

Rue du Port Neuf

Mercado artesanal en el claustro de la Catedral
Castillo Viejo

Petit Bayonne

En la orilla contraria del Nive se pueden ver los bonitos edificios de aire portuario típicos del país vasco. Se puede visitar el Museo Vasco, y el Bonnat, con obras del artista local que le da nombre, de Boticelli, Rafael y Rembrandt, así como el Castillo Nuevo.

Petit Bayonne

Saint-Esprit

Cruzando el rio Adur, llegamos a este barrio que originariamente era una ciudad separada perteneciente al Condado de Gascuña, en el que se encuentra la Ciudadela de Vauban, la Estación de Ferrocarril y la Iglesia del Saint-Esprit, románica y gótica, un hito importante en el Camino de Santiago que pasa por Bayona. También se puede visitar el Museo del Chocolate, en las afueras del barrio.

Estación de Saint-Esprit

Las Fiestas de Bayona, consideradas el equivalente francés a los Sanfermines en España, por la vestimenta tradicional blanca y roja, los festejos taurinos que incluyen encierros, y los certámenes de pelota vasca, están declaradas Patrimonio Inmaterial de Francia y en ellas se dan cita millones de visitantes, entre el último miércoles de julio y el primer domingo de agosto. En cualquier otra fecha, tanto Bayona como toda la comarca son un centro de atracción turística de primer orden.

Son productos tradicionales de Bayona el chocolate, los múltiples derivados del pato (magret, confit, paté, foie...) y la lencería de hogar de inspiración vasca.

Los judíos de Bayona y el chocolate

Cuando en 1492, el Decreto de la Alhambra proscribe la práctica de la religión judía en España y años más tarde, también en Portugal y Navarra, último reino anexionado a la Corona, una parte de las familias judías que optan por la diáspora, encuentran cobijo en el barrio de Saint-Esprit, por aquel entonces un municipio separado de Bayona. Son bien recibidos, por cuanto su actividad comercial dinamiza la economía de la zona.

En las décadas siguientes, y ante la presión creciente que ejerce la Inquisición en España y Portugal, a estos pioneros les seguirán nuevas oleadas de marranos (criptojudíos). Todos ellos recibirán en Francia el nombre genérico de judíos portugueses.

Rue Maubec, judería de Saint-EspritSinagoga de Bayona

En la pequeña iglesia que da nombre al barrio, se pueden rastrear partidas de bautismo, registro de matrimonios y defunciones de estas familias, que en la mayoría de los casos, mantuvieron sus prácticas religiosas en secreto debido a que las leyes en Francia seguían prohibiendo la libertad religiosa. No fue hasta 1723 que se reconoció oficialmente la existencia de los judíos portugueses, y se hacía efectiva la tolerancia de su culto, por otra parte, conocido y consentido. En vísperas de la Revolución Francesa, había más de 2.500 judíos censados en Saint-Esprit.

La comunidad judía de Bayona es muy activa en todo lo relativo al comercio internacional, especialmente con paises en los que se habían asentado otras comunidades de origen sefardí: Paises Bajos, Londres, el Caribe y las Antillas. En particular, son los responsables de la introducción del chocolate en Francia, y de la creación de la industria chocolatera de la zona, la más popular del país, en el que se conoce a Bayona como "capital del chocolate".

Tienda de chocolate en el centro de Bayona

Se conoce la existencia de inmuebles que hicieron las funciones de sinagogas secretas, durante todo el siglo XVI y XVII, y de la afluencia a ellos de criptojudíos españoles, que acudían a celebrar ritos importantes, como circuncisiones y matrimonios. En 1632 se consigna el arresto de un emisario de la Inquisición española acusado de ser un "espía español".

El Cementerio judío de Bayona data de 1689 (año en que aún se practicaba el criptojudaísmo) en la cumbre de Saint-Etienne, y fue ampliado en los siglos XVIII y XIX y debido a la antigüedad de algunas de sus lápidas, su importancia histórica es equiparable a la del Cementerio de Amsterdam.


Cimetière Israélite (Bayonne)
Cementerio judío de Bayona

Un episodio relativamente reciente indica la fuerte identificación entre la comunidad judía de Bayona con sus orígenes sefardíes. Se trata del conflicto producido a finales de los años 50 por la titularidad municipal del antiguo cementerio judío de Vitoria, Judimendi (ya consignado en otra entrada de este blog) y su uso como suelo urbanizable y el acuerdo llegado por la corporación municipal y la comunidad judía de Bayona para la creación de un espacio para la memoria y la reconciliación.

jueves, 13 de agosto de 2015

Aljamía o aljamiado

Se denomina aljamía (del árabe Ayamiyya, lengua extranjera) o aljamiado a todo texto redactado en lengua romance y transcrito sobre papel utilizando caracteres semíticos. El texto original puede estar en castellano antiguo, en catalán o bien en judeoespañol, y los caracteres gráficos corresponden en unos casos al árabe, y en el otro al hebreo.

El origen del empleo del texto aljamiado en Al-Ándalus resulta muy interesante. Tras la caída del Imperio Romano y durante la dominación árabe, el pueblo llano, por una parte los cristianos, y por otra, las personas sin instrucción en la cultura oficial dominante, que eran la inmensa mayoría, continuaban hablando la lengua vernácula hispano-goda en su vida diaria.

Flicker - Aljamiado letters

Fonética de la grafía aljamiada en caracteres árabes

Esta lengua romance, llamada por algunos autores "romance andalusí" incluía ya profundas influencias árabes y hebreas en el léxico. Al igual que en su día la administración de Roma no consiguió que en Al-Andalus se hablara el latín culto, conocido popularmente como latin obscurum (restringido al ámbito eclesiástico y administrativo), tampoco el árabe oficial caló en la población.

Rota ya la cadena de transmisión de la grafía original de los caracteres latinos, el lenguaje hablado por el pueblo sigue su evolución, desembocando con el paso de los siglos y de las aportaciones de los conquistadores en lo que acabaría siendo la lengua castellana.

Pero entre tanto, ante la necesidad de poner por escrito determinados documentos, poemas y canciones, contratos legales, etc, el genio popular acaba por idear una componenda: escribir el texto romance utilizando caracteres árabes (en el caso de la población musulmana) o hebreos (en el caso de la población judía). Nace así la aljamía como fenómeno lingüístico autóctono.

La aljamía prospera de tal manera al margen de la cultura oficial, que abundan en las crónicas históricas los ejemplos de personajes que ante determinadas situaciones administrativas o jurídicas utilizan esta grafía desde los primeros tiempos del califato y hasta la época nazarí. Incluso en algunos tratados de ciencia conservados se incluye la transcripción de algunos términos del árabe ortodoxo al aljamiado.

Jarcha hebrea de Yehuda ha Leví transcrita por Samuel Stern
Tras la toma de Granada por los Reyes católicos, con la consiguiente quema de libros en árabe ordenada por el Cardenal Cisneros en 1499, y el destierro o forzada conversión de los judios, se produce la pérdida irreparable de textos aljamiados en árabe y hebreo, de los que nos han quedado muy pocos ejemplos. El CSIC dispone de un portal, manuscriptaCSIC en el que se pueden consultar algunas muestras de manuscritos supervivientes.

Probablemente los ejemplos más llamativos y valioso son las moaxajas y jarchas descubiertas por Samuel Stern en una sinagoga de El Cairo, de las cuales dimos cumplida información en este blog en una entrada anterior. Estas composiciones, aparte de su valor literario, representan el primer testimonio escrito de una lengua romance en Al-Andalus, entorno al siglo X y XI, anteriores por tanto a las Glosas Emilianenses, pese a ser éstas últimas consideradas como la primera muestra del castellano.

Cartel anunciador. Salónica (1911)
Pero afortunadamente, la historia del aljamiado en lengua hebrea no acaba aquí. Las prósperas comunidades sefardíes asentadas por todo el mediterráneo oriental: Salónica, Esmirna, Estambul... y en época más reciente, en las principales metrópolis de occidente: Nueva York, París, Viena, etc... han seguido utilizándolo hasta mediados del siglo pasado como medio de difusión cultural obras literarias, en prensa, y en documentos efímeros como folletos, carteles, etc.

La destrucción de alguna de estas comunidades en Europa como consecuencia de la Shoá y la política cultural uniformadora de Atatürk en Turquía, provocaron un declive definitivo en el uso de la grafía aljamiada, pasando a utilizarse los caracteres latinos, que por otra parte, no se ajustan tan adecuadamente a la fonética del ladino.

Cada vez es más raro encontrar una publicación en aljamía, por lo que cuando me topé con una edición de El Principito de Antoine de Saint-Exúpery en la tienda Librería y Hebraica de Toledo de la editorial Tintenfass (especializada en traducciones exóticas de esta obra) y traducido del francés al ladino por Avner Pérez y Gladis Pimienta, no me lo pensé, es la joyas de mi muy modesta biblioteca sefardí. Por un lado, el libro está en ladino con grafía latina, y se lee de izquierda a derecha y desde delante hacia atrás.... y por el otro con grafía aljamiada, de derecha a izquierda y de atrás para adelante... por lo que en las páginas centrales se tocan ambos finales.

¡¡¡Es una auténtica maravilla!!!.

El Principito
judeo-español en caracteres latinos
El Principito
judeo-español en aljamía

Como curiosidad para interesados, he descubierto en Internet a Ricardo Vicente, caligrafista experto que imparte talleres y cursos de caligrafía aljamiada pero sólo en caracteres árabes.

lunes, 18 de mayo de 2015

Canciones sefardíes(XI): Nani, nani

Nani, nani es el nombre de una romansa sefardí muy conocida en la zona de los Balcanes, Bulgaria  y Turquía derivada, al parecer, de un antiguo romance cristiano castellano. Aunque se trata de una nana, tras un comienzo algo convencional, da un sorprendente giro argumental, y se convierte en el lamento de desamor de una mujer hacia su marido infiel, que vuelve a casa después de encontrarse con su nueva amante.

Es una canción muy triste y bellísima, con resonancias musicales turcas, que requiere de un gran virtuosismo vocal. El acompañamiento musical es prácticamente inexistente, y la intensidad dramática se va elevando conforme avanza la historia. 

De entre las muchas versiones que se han hecho de ella, he elegido la de Hadás Pal-Yardén, cantante y etnomusicóloga sefardí de nacionalidad israelí, que hace de ella una interpretación magistral y muy emotiva.

Aquí os dejo la letra y el video. Que la disfrutéis:

Nani, nani
nani kere el ijo.
el ijo de la madre,
de chiko se aga grande. 
Ay, ay durmite mi alma,
ke tu padre viene,
kon muncha alegría. 
Nani, nani
nani kere el ijo.
el ijo de la madre,
de chiko se aga grande. 
Ay, ay avrimesh mi dama
avrimesh la puerta
ke vengo kansado
de arar las guertas. 
Ay, avrir no vos avro.
No venish kansado
sino que venish de onde
muevo amor. 
Nani, nani
nani kere el ijo.
el ijo de la madre,
de chiko se aga grande. 
Ay, ay ni es mas ermoza
ay, ni es mas valida
ni ella yevava
mas de las mis djoyas. 
Nani, nani
nani kere el ijo.
el ijo de la madre,
de chiko se aga grande.



jueves, 14 de mayo de 2015

Santa María la Blanca de Toledo

Esta es la curiosa historia de una sinagoga con nombre de virgen católica y aspecto de mezquita, financiada por judíos, construida por musulmanes y expropiada por cristianos, usada como cuartel y almacén, y finalmente protegida y reconocida como una de las principales joyas arquitectónicas de Toledo, ciudad prolija en edificios históricos, Patrimonio de la Humanidad.

Según reza en una de sus vigas, corre el año 4940 del calendario hebreo, 1180 del gregoriano, cuando se erige en el barrio judío (Madinat al Yahud) de la ciudad castellana y multicultural de Toledo una nueva sinagoga de estilo mudéjar, destinada a ser la principal de entre las al menos diez con las que cuenta la ciudad en aquel momento, por lo que el nuevo templo recibe el nombre original de Sinagoga Mayor de Toledo.

Financiada por el consejero y embajador del rey Alfonso VIII en la corte almohade, Abraham ben Alfajar
y construida por los alarifes más diestros de la época, canteros y artesanos musulmanes procedentes de Córdoba, el edificio sufre en 1250 un pavoroso incendio. 





Diez años después de este hecho, en 1260, la comunidad judía de Toledo, que se encuentra en la cúspide de su pujanza económica y cultural, solicita y obtiene un  permiso especial del rey Alfonso X el Sabio para reconstruir "la mayor y más hermosa sinagoga de España". El rey, al aceptar la petición de engrandecimiento, contraviene abiertamente la bula del Papa Inocencio IV

La renovación del templo fue patrocinado en este caso por el Rabbi Yosef ben Shoshan, almojarife (tesorero mayor) del rey Alfonso X y "principe de los judíos" castellanos.




La Sinagoga, que junto con la Sinagoga del Tránsito, situada a pocos metros, es una de las pocas que se conservan en Sefarad, se encuentra en un recinto rodeado de jardines, ofreciendo desde el exterior un aspecto muy austero. Una vez dentro, se puede apreciar que el edificio consta de cinco naves separadas por 32 pilares octogonales de ladrillo y cemento recubiertos de estuco y pintados con cal. De hecho, lo que más impacta en un primer momento es su reluciente blancura.

Los capiteles, muy ornamentados con volutas y piñas, soportan esbeltos arcos de herradura, que le dan al edificio un aire que recuerda bastante a la Mezquita de Córdoba, pese a las dimensiones más reducidas y a la sobriedad del conjunto. 

Sobre los arcos, los elementos decorativos se disponen en frisos horizontales con molduras de líneas geométricas de aire mudéjar y medallones. Remata el conjunto, una línea de arquerías ciegas polilobuladas.

No se sabe donde se situaba la galería de mujeres, aunque pudiera ejercer esta función una de las naves separada por una celosía, o ser una estructura de madera que no se haya conservado hasta la actualidad.

Santa María la Blanca. Puerta
CapitelPuerta almohade

RoyLindmanSantaMarialaBlancaToledo 004
Enlosado de la nave

Tras más de doscientos años de culto judaico ininterrumpido y de convivencia pacífica entre comunidades, se desencadenan en Toledo dos terribles pogromos, uno en 1355 y otro, el más devastador, en 1391, tras el cual la sinagoga es expropiada y convertida en iglesia de la Orden de Calatrava bajo el nombre de Iglesia de Santa María la Blanca en 1411.

En 1550 se realizan unas obras de acondicionamiento y transformación encomendadas a Alonso de Covarrubias en la cabecera del edificio para adecuarla como el "hogar de mujeres descarriadas" Ntra. Sra. de la Piedad. De esta reforma datan la cúpula de media naranja en la nave central, de estilo plateresco y el retablo de Nicolás Vergara.

CúpulaSubida al púlpito
A partir de este momento, el edificio atraviesa por diversas vicisitudes. En el siglo XVII permanece desocupado, durante el XVIII sirve como cuartel militar, y con la invasión napoleónica, es convertido en almacén.

A mediados del siglo XIX, es declarado finalmente Monumento Nacional, y tras la Guerra Civil Española, el gobierno lo cede a la Iglesia Católica, aunque en la actualidad se le conoce bajo el paradójico nombre de Sinagoga de Santa María la Blanca.

La influencia ejercida por este singular edificio llega hasta nuestros días, pues numerosos templos judíos erigidos en el siglo XIX en Europa y América, sobre todo los dedicadas al culto de raices sefardíes, imitan el modelo de la que fuera la Sinagoga Mayor de la ciudad de Toledo, conocida también como "la Jerusalem de los Sefardíes".


Planta del edificio, en la que se puede apreciar su trazado irregular

Alzado en el que se muestran los enterramientos del s. XV encontrados
durante la última restauración

lunes, 20 de abril de 2015

Lorca. Luces de Sefarad

En el año 2003, y durante las obras de construcción de un Parador de Turismo en el cerro del castillo de Lorca (Murcia), se hallan accidentalme los restos de lo que resulta ser una sinagoga de mediados del siglo XIV, la única identificada como tal hasta el momento toda la comunidad murciana.

Comienza a partir de aquí un meticuloso trabajo de recuperación del trazado de la antigua judería, que se va revelando apiñada entorno a la sinagoga, dentro del recinto de la Alcazaba, y que estaba formada por doce casas dispuestas entorno al templo, en cuatro terrazas a diferente altura. 

En el sótano del actual Parador de Turismo de Lorca, se pueden visitar los restos de la sinagoga, en la que se aprecia nítidamente la disposición del espacio de culto: el hejal (nicho en que se colocaba la Torah), decorado con yeserías góticas, el zócalo de la bimá (lugar en que se leía la Torah), el banco corrido en que se sentaban los varones, y el lugar que ocupaba el espacio para las mujeres o matroneum.

Pero además de la reconstrucción urbanística, en el transcurso de las excavaciones, se hallan una serie de piezas arqueológicas de gran valor por su singularidad.

Planta de la sinagoga de LorcaYeserías del arón ha-qodesh

Desde el pasado 10 de marzo y hasta el próximo 30 de mayo, en la Sala de Exposiciones del Centro Sefarad-Israel de Madrid, sito en el Palacio de Cañete (Calle Mayor, 69) se puede visitar la exposición titulada Lorca. Luces de Sefarad, que da a conocer estas piezas, y que se encuentra dividida en cinco secciones:
  • Los judíos en España: desde sus orígenes hasta su expulsión
  • La ciudad fronteriza de Lorca
  • La judería encastillada de Lorca
  • Janukká, la fiesta de las luces
  • La sinagoga de Lorca
El nombre de la exposición, que ha recorrido diferentes ciudades, incluidas Nueva York y Jerusalem, responde a los objetos más singulares y valiosas de la muestra: las 20 lámparas rituales recompuestas a partir de 2.600 fragmentos de vidrio soplado localizadas en 2003 en el sector oriental del castillo, y que se identifican como lámparas de Janukah.

Lámparas de vidrio de Janucá

Las luminarias son las únicas piezas de este tipo que se han encontrado hasta el momento en la península.

Además, la muestra incluye documentos del siglo XV del Archivo Histórico de Lorca,  yeserías del arón ha-qodesh ó hejal y numerosos objetos de uso doméstico provenientes de las casas de la judería.



Objetos de loza de uso doméstico

Arco de yeso del interior de la casa X


jueves, 16 de abril de 2015

El Árbol de la Vida

En prácticamente todas las mitologías y religiones antiguas,  podemos encontrar la poderosa presencia de un árbol sagrado. Éste árbol recibe distintos nombres y representa diferentes roles mágicos o divinos.

Es el caso de Yggdrasil en la mitología escandinava, el árbol de manzanas doradas de las Hespérides en la griega, el árbol de Bodhi, bajo el que Siddhartha Gautamá alcanzó la iluminación para los budistas.... los ejemplos son muy numerosos.

El árbol sagrado puede representar, en ocasiones, la unión entre el Cielo y la Tierra, o entre ésta y el inframundo. A veces, es una fuente de sabiduría eterna, y en otros casos, la manifestación de toda forma de vida. Sus frutos, si los tiene, suelen ser mágicos, y transforman la esencia profundamente a aquel que los ingiere, dotándole de ciertas cualidades que le acercan a la divinidad de alguna forma o lo elevan a una condición superior a la de común mortal.


Higuera de la Judería de Málaga

Muy posiblemente, todas estas destacadas presencias vegetales sean vestigios de religiones ancestrales de culto a la Naturaleza y a sus ciclos vitales, y como tales, son símbolos poderosos que apelan a la conciencia ecológica de la Humanidad. El hecho de que un árbol tenga una vida equivalente a la de varias generaciones de humanos, que parezca morir y revivir año tras año, que sea capaz de soportar todo tipo de inclemencias y dé sustento y albergue a las más diversas formas de vida, al parecer nos ha fascinado desde siempre.

Si nos centramos en la tradición judía, encontramos no a uno, sino a dos de estos árboles sagrados, situados ambos en el Jardín de el Edén. Son el Árbol de la Ciencia y el Árbol de la Vida, y ambos poseen un simbolismo especialmente interesante.

Aparecen por primera vez nombrados conjuntamente en Génesis 2:20 (Biblia Reina-Valera):
Y había Jehová Dios hecho nacer de la tierra todo árbol delicioso á la vista, y bueno para comer: también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de ciencia del bien y del mal
Como es bien conocido, la pareja primigenia, Adán y Eva, instigados por la Serpiente, comen del fruto prohibido del Árbol de la Ciencia, adquiriendo de esta manera el conocimiento del Bien y el Mal (figura retórica que indica el todo), desatando la furia del Creador, que como consecuencia les expulsa para siempre del Jardín del Edén .

Más adelante, en Génesis 3:22-24, se indica que los frutos del Árbol de la vida atesoran otro preciadísimo (y complementario) don, el de la inmortalidad:
Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.
Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado.
Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.

Más allá de cualquier interpretación sobre el origen y el sentido de esta historia (vease el artículo de El Pais sobre el yacimiento arqueológico de Göbekli Tepe), en la Kábala, la mística esotérica judía, se denomina Etz Hayim (Árbol de la Vida), a un grafo en el que aparecen conectadas entre sí diez esferas, las denominadas Sefiroth, que representan las etapas de manifestación de la Luz Infinita.

Adamtree
Adam KadmónLas diez Sefiroth

Las esferas son cualidades o emanaciones mediante las que se expresa la Divinidad en un orden descendente, desde el Espíritu puro hasta la materia y están  enlazadas por veintidós líneas denominadas Senderos. Según la Kábalah, las 10 sefirots se encuentran presentes en cada ser humano. El trabajo espiritual del prácticante de la Kábala consiste en hacer que su espíritu ascienda, de manera consciente, desde la esfera Malkuth, en el plano material, hasta alcanzar la Fuente, el estado más elevado o Keter. Y por cierto, para realizar el recorrido completo, es necesario realizar un movimiento serpenteante.

Por lo tanto, el Árbol de la vida representa a la vez el Adan Kadmón, el hombre celestial que simboliza el macrocosmos, y el hombre terrenal, considerado como el microcosmos, entre lo cuales existe una correspondencia directa.

Además la Torah, la sabiduría que contiene, es equiparada en sí misma con el Árbol de la Vida (Proverbios 3:1 ... 3:17-18):
Hijo mío, no te olvides de mi ley,
y tu corazón guarde mis mandamientos;
.....................
Sus caminos son caminos deleitosos,
y todas sus veredas paz.
Ella es árbol de vida a los que de ella echan mano,

y bienaventurados son los que la retienen. 

El Árbol de la vida en el arte judío

El Árbol de la vida es representado con profusión en diferente manifestaciones artísticas en el mundo judío: en joyería, artículos de culto, arquitectura y estatuaria. Aparece con frecuencia en vitrales en las sinagogas, en lápidas, y tallada en los cilindros de madera o metal que guardan la Torah en las sinagogas sefardíes o incluso bordada en hilo de oro en el paño de terciopelo que envuelve este estuche. Y finalmente, la menorah, o candelabro de siete brazos, uno de los símbolos más reconocibles del pueblo judío, no es sino una representación estilizada del Árbol de la vida.


Juda 13Fl- 316v Biblia de Cervera, Menora de Zacharias
La reina del Shabat o La fe hebraica con la Torá
Ephraim Moses Lilien (1900)
Miniatura de la Bíblia de Cervera,
Menorá de Zacarias (1930)

Colgante de Árbol de la vida.
Platería Cordobesa

Desde anoche y durante todo el día de hoy, se celebra el Iom HaShoá el Día del Recuerdo del Holocausto. 

No quiero terminar esta entrada sin hacer mención a una de las representaciones del Árbol de la vida más especiales y hermosas. Se trata de una escultura erigida en el jardín de la Sinagoga de Budapest en memoria de las víctimas Holocausto. Se levantó en 1991, representa a un sauce llorón a tamaño natural y lleva escrito en cada una de sus hojas el nombre de una persona desaparecida.