lunes, 30 de diciembre de 2013

Tudela

Tudela es la segunda ciudad en importancia de la Comunidad Foral de Navarra, tras Pamplona y su Cuenca. Situada a orillas del Ebro, y capital de la comarca de La Ribera, aunque se han identificado restos arqueológicos en todo el término desde la prehistoria, fue fundada como tal por los conquistadores árabes en el año 797, constituyéndose en el principal paso del río Ebro hasta Zaragoza.

Es famosa en toda España por su fértil huerta de la que se obtienen todo tipo de verduras y hortalizas de primera calidad. Actualmente está hermanada con la ciudad israelita de Tiberiades. 

Plaza de los Fueros

Desde el principio, la población de Tudela fue muy heterogénea, cristiana, judía y musulmana. Durante cuatro siglos, las tres comunidades convivieron pacíficamente, dando lugar a un entorno en el que floreció la cultura y se significan importantes personajes e intelectuales. En 1119, es conquistada por el rey aragonés Alfonso I El Batallador, pasando finalmente a quedar incluida en la corona de Navarra. 

En 1512, Tudela es la última plaza navarra que cae a manos de Fernando el Católico, aunque en 1516, muerto el rey, se rebela toda Navarra. Como represalia, el Cardenal Cisneros, regente del reino, ordena destruir todas las murallas y fortalezas del antiguo reino, incluida Tudela, orden que ejecuta finalmente Carlos I en 1521 tras una segunda sublevación.

La ciudad tiene algunas iglesias interesantes que abarcan diferentes estilos, desde el románico hasta el barroco. Entre las primeras, destaca la Iglesia de la Magdalena, del siglo XII.

Iglesia de la Magdalena
Sin duda el edificio religioso más importante y especial es la Catedral de Santa María la Blanca, también del siglo XII, que alberga en su interior los tres templos de las tres religiones que convivieron en la ciudad. Se accede a visitarla por el anejo Palacio Decanal.

Está construida sobre la Mezquita Mayor, del siglo IX, de la que aprovecha parte de la cimentación, y cuyos restos, así como numerosas piezas arqueológicas se pueden visitar en el interior del recinto. Era ésta una mezquita de la época califal, con el mihrab orientado hacia Córdoba, y no a la Meca, y de cuya Mezquita Aljama se cree que era una réplica reducida, ya que era en aquel tiempo el modelo de referencia a seguir.

Pero no acaba aquí la singularidad del edificio, pues desde el interior del precioso claustro románico de la Catedral se puede acceder a la Capilla de San Dionis, de estilo mudéjar, la que se considera antigua Sinagoga Vétula de Tudela, con la típica tribuna superior desde la que las mujeres presenciaban los oficios. Existe cierta controversia con esta atribución, pues se trataría de un caso muy llamativo el que una catedral cristiana albergara en su interior una sinagoga.

Capilla de San Dionis

Fuera o no sinagoga, en esta capilla se encuentran, además de distintos objetos relacionados con el culto judío, varios interesantes facsímiles de la Biblia Kennicot, la Biblia de Alba o la Haggadah de Sarajevo, así como una reproducción de la famosa "Manta" de la cual ya se hizo eco este blog.

Actualmente el claustro se encuentra en proceso de restauración, por lo que desgraciadamente no se puede visitar en unos cuantos años.

Las dos juderías

Tudela tuvo una morería y dos juderías: la Judería Vétula (o judería vieja) y la Judería Nueva.

La primera estuvo situada entre la Mezquita y el río Queiles, donde se encontraba la antigua muralla árabe, siendo la calle San Julián su eje principal. El río está actualmente abovedado y señalizado con un curioso azulejado en el pavimento. Aunque el estado del conservación del barrio no es muy bueno, se pueden encontrar algunos rincones pintorescos y la llamada Casa Judía


Cauce del río Queiles


Casa Judía


Calle del Portal

Calle Benjamín de Tudela

La Judería Nueva fue mandada construir en 1170 por el rey Sancho VI el Sabio, entorno al castillo árabe que dominaba la ciudad, para ofrecer una mayor protección a la aljama. Corresponde con el actual barrio de San Miguel y convivió durante algún tiempo con la vieja. El trazado de las calles es sinuoso y empinado y al igual que ocurre con la Vétula, el aspecto del barrio es bastante mejorable.

Calle de la Judería Nueva
La población judía de Tudela, que fue siempre muy numerosa, la mayor de todo el reino, aumentó a partir del decreto de expulsión de 1492 con gentes procedentes de las regiones vecinas, hasta que en 1498, la orden se hizo extensiva a Navarra, produciéndose entonces un gran número de conversiones, en su mayoría fingidas. A partir de entonces, la resistencia tudelana al Santo Oficio fue muy llamativa.

Hace apenas treinta años se descubrió en las afueras de la ciudad, en un paraje llamado El Palenque, restos de lo que sería una necrópolis judía de los siglos XII al XIV.

La Escuela Rabínica de Tudela

La importancia histórica de la aljama de Tudela estriba sobre todo en que se constituyó en un gran centro cultural gracias a su renombrada Escuela Rabínica y al un gran número de sabios y personajes importantes nacidos en la ciudad y/o relacionados con ella: Abraham ibn Ezra, Yehuda ha Leví, Benjamín de Tudela, Abraham AbulafiaShem Tob ben Isaac, etc. Todos ellos merecen su propia entrada en este blog.

2 comentarios:

  1. A raíz de esta entrada, he buscado información sobre qué andaba haciendo Fernando el Católico por ahí, por Tudela y me he enterado de que Fray Hernando de Talavera, el consejero y confesor de Isabel la Católica, era al parecer de familia conversa. En otros textos consta que su madre era “una hebrea” del barrio judío de Oropesa. Lo que es la vida, el pobre hombre murió a la espera de un proceso abierto por la santa Inquisición.

    Y yo no sé cómo después he acabado aquí:

    http://www.lanzanos.com/proyectos/huellas-judias-y-leonesas-en-el-quijote/

    Ala, a seguir, que tu blog es estupendo y empieza un nuevo año!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Curioso ¿verdad?. Tengo varios artículos de aquí y de allá con las referencias en clave judaica del Quijote, pero en la mayoría de los casos son de procedencia judía y hay que tener cuidado con las reivindicaciones, aunque no es descabellado. En realidad estaba calibrando poner a Cervantes en mi galería de "Sospechosos habituales". Conforme me adentro en el tema del criptojudaísmo, me va pareciendo todo cada vez más verosímil. Es tremendo el número y la calidad de judeoconversos que son glorias de las letras hispanas.

      Y sus católicas majestades, estaban rodeados de judíos y conversos por los cuatro costados.

      Eliminar