martes, 23 de agosto de 2016

El Libro Verde de Aragón

El libro Verde de Aragón es un curioso manuscrito anónimo de 1507, aunque el desconocido autor se atribuye a sí mismo el cargo de asesor del Tribunal de la Santa Inquisición, y está escrito con el propósito de:
"...hazer este sumario por dar luz a los que tuvieran voluntad de no mezclar su limpieza con ellos que sepa de qué generaciones de judíos descienden los siguientes, por que la expulsión general dellos fecha en España en el año 1492 no quite de la memoria lo que fuesen sus parientes ..."

Se trata de un índice o censo de las principales familias judeoconversas aragonesas, que en su mayoría tomaron el bautismo después de las predicaciones de Vicente Ferrer y de la Disputa de Tortosa. El nombre de Libro Verde parece provenir del hecho de que los condenados por la Inquisición portaban en sus manos velas de este color en los autos de fe.

Al comienzo del manuscrito se reseña que fue escrito en Belchite por un tal Anchias, notario de la Inquisición, pero los estudiosos del tema no se ponen de acuerdo en reconocerle la autoría, ya que se señala a sí mismo como notario del secreto, cargo que se sabe que ocupaba por otros documentos de la época, y que no implica que fuera un documento original de su creación.

La aparición de esta obra causó una terrible conmoción en la sociedad aragonesa de la época por la que circuló con notable difusión durante todo el siglo XVI. En él se ponía en claro la procedencia de gran número de familias linajudas del reino en una época en la que estaban vigentes los restrictivos Estatutos de pureza de sangre, normas que prohibían, al menos en teoría, el acceso de judeoconversos y moriscos a altos cargos de la nobleza, el clero y la administración del reino.

De un día para otro se vieron señalados destacadas personalidades de los más altos estamentos sociales. La ascendencia hebrea era muy conocida en algunos casos, como ocurría con las familias Zaporta, Oller,  o Caballería, pero no así en otros, ya que además de la conversión, se había tenido la precaución de cambiar de ciudad e incluso de provincia, precisamente para evitar el seguimiento de su "estirpe manchada". La hipocresía de los altos estamentos del Estado se vió al descubierto, y con ello un  gran número de personas influyentes quedaron expuestas.

El revuelo fue tremendo, y los afectados no se quedaron cruzados de brazos. En 1601, el libro fue objeto de examen por altas instancias de la Corona de Aragón y declarado difamatorio. En 1620 el Tribunal de la Inquisición prohibe y castiga su lectura. Se produce una recogida general de ejemplares, que son quemados publicamente en la Plaza del Mercado de Zaragoza en 1622 con el beneplácito del rey Felipe III, quien lo declara proscrito en una Real Pragmática al año siguiente, dándose así por terminado oficialmente el incidente.

Debido a esta persecución, han sobrevivido hasta nuestros días escasos ejemplares del libro. En ellos se aprecian añadidos posteriores a la fecha del documento original, no siempre coincidentes entre sí, lo que hace pensar que el manuscrito original iba evolucionando conforme era difundido por el territorio, con datos actualizados. Se pueden encontrar, por ejemplo, capitulaciones matrimoniales de fecha tardía en las que alguno de los contrayentes (siempre personas prominentes) figura como descendiente de conversos.

Por si alguien tiene interés en rastrear linajes, se puede adquirir el Libro Verde de Aragón on-line, en Librería y Hebraica, en una versión sinóptica de cuatro de los manuscritos salvados que se encuentran, dos de ellos en la Biblioteca Nacional de Madrid, otro en el Archivo Histórico Nacional de Madrid, y otro en la Biblioteca Colombina de Sevilla.

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