Málaga es la segunda capital andaluza en importancia tras Sevilla. Situada a orillas del Mediterráneo, actualmente tiene entorno a 600.000 habitantes sin contar la ingente cantidad de foráneos que desde el boom del turismo en los 60 la visitan o residen en ella durante todo el año debido, sobre todo, a su excelente climatología.
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Vista del Parque y la Alcazaba desde La Coracha |
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Catedral de Málaga y Patio de los Naranjos |
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Alcazaba y Teatro Romano |
En Málaga hay que ver la
Alcazaba árabe de época Nazarí, el
Teatro Romano, la
Catedral, y los museos
Picasso Málaga y
Carmen Thyssen, así como la zona comercial peatonalizada que, comenzando en el puerto, conduce a ambos museos. En los últimos años, la llegada de grandes cruceros ha estimulado bastante el comercio, la hostelería y el embellecimiento del centro de la ciudad, así como la remodelación del puerto, que ha pasado a tener una funcionalidad predominantemente turística.
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Plaza de la Merced, con la casa natal de Picasso al fondo |
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Muelle uno |
Aunque el malagueño siempre encuentra razones para celebrar la vida en la calle, hay ocasiones en las que esta tendencia se acentúa, concretamente, en Semana Santa, en la Feria de Agosto y desde hace unos años, durante la celebración del Festival de Cine Español. Entre los malagueños más ilustres, destacaremos a Pablo Ruiz Picasso y como no, a Ibn Gabirol.
Málaga fue fundada por fenicios provenientes de Tiro, que establecieron en ella factorías de pescado y un enclave comercial de cierta importancia hace unos 3000 años, llegándose incluso a acuñar moneda, pasando despues a dominio cartaginés y finalmente romano. Tras la caída del imperio de occidente y las invasiones bárbaras, pasó a manos del emperador bizantino Justiniano desde el año 552 al 615.
No se sabe cuándo se establecieron los judíos en Málaga, pero en la época posterior a la caída del
Califato de Córdoba, la entonces capital de la
Cora de Rayya tuvo entre los vecinos de su barrio judío a dos insignes figuras que obtendrían fama y reconocimiento fuera de la ciudad: el visir
Samuel Ibn Nagrella y el poeta
Salomón Ibn Gabirol.
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Calle Postigo de San Agustín, donde estaba la Sinagoga |
Calle Pedro de Toledo, el corazón de la antigua judería |
Durante los Segundos Reinos de Taifa, Málaga estuvo bajo dominio nazarí. En aquella época existían en la ciudad un extenso
barrio genovés y una judería, cuyos habitantes se dedicaban principalmente al comercio: seda, esclavos, cerámica, vidrio, fruta, especias... Aún se pueden contemplar los restos del
Castil de los genoveses, en realidad una alhóndiga amurallada, en el parking municipal de la Plaza de la Marina, bajo el nivel del suelo.
Cuando los Reyes Católicos entran en Málaga en 1487, tras un larguísimo asedio, el Rey Fernando decreta la esclavitud de toda la población nativa, lo cual incluye también a los judíos, que son apresados y conducidos a Carmona, donde son liberados por un rescate recaudado por las aljamas castellanas, para descubrir a su vuelta a la ciudad, que todas sus posesiones han sido confiscadas y sus casas repartidas entre los vencedores.
Aunque les son concedidos nuevos terrenos para su asentamiento, sólo cinco años después, el Edicto de la Alhambra les lleva a la conversión forzosa o al exilio. Los que optaron por esta segunda opción, acudieron a sus socios comerciales en la ciudad, los genoveses, para salvar el exiguo patrimonio del que disponían, y embarcaron hacia el norte de África.
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Calle San Agustín y Museo Picasso Málaga |
Centro de recepción de visitantes Ben Gabirol, en la nueva Plaza de la Judería |
En los años posteriores a la conquista, y dado que el antiguo reino de Granada se halló libre de los tribunales de la Inquisición por el periodo de cuarenta años por decisión de los Reyes Católicos, aumenta la presencia en la ciudad de judeoconversos provenientes de otros lugares de Andalucía, que intentaban de este modo eludir la persecución iniciando una nueva vida en una ciudad en la que ya todo el mundo era forastero. El puerto y el comercio eran vía de entrada y salida de todo tipo de personas y creencias y se sabe que hubo Sinagogas secretas. En las lapidarias palabras de un inquisidor granadino:
En Málaga se dan cita toda la chusma de mar y tierra
Hasta bien entrado el siglo XVIII, se documentan
Autos de Fe tristemente protagonizados por habitantes de Málaga. Con la invasión napoleónica y la abolición de la Inquisión, el problema judío terminó.
En la actualidad, queda muy poco de la antigua judería de Málaga, durante decenios víctima del abandono y de los derribos. En los últimos años, un muy publicitado plan municipal de rehabilitación de la judería de Málaga parece pretender el rescate del pasado judío de la ciudad. Está prevista en un futuro próximo la construcción de una Sinagoga y un museo sefardí en la denominada
Plaza de la Juderia, junto a Calle Granada en la que ya se encuentra rotulado en una antigua torre mudejar, el
Centro de Recepción de Visitantes Ben Gabirol.
No obstante, aún podemos visitar algunos rincones que quedan en pie en el entorno del Museo Picasso Málaga, entre las actuales calles San Agustín y Alcazabilla, en cuyos jardines frente al Teatro Romano podemos contemplar una escultura homenaje a Ibn Gabirol. Del cementerio judío, no queda nada, sólo se sabe que estaba situado frente a la judería, en la ladera norte del monte Gibralfaro, junto a la Alcazaba y extramuros de la ciudad.
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