viernes, 25 de octubre de 2013

Letuario de membrillo

El otoño es el tiempo de los membrillos, esa extraña fruta, tan ácida y desagradable al natural, que debe cocerse primero con gran cantidad de azúcar para poder ser saboreada, bien sea en forma de compotas, mermeladas o la llamada carne o dulce de membrillo.


La planta del membrillo procede de Oriente Medio, crece sin problemas en el clima mediterráneo y su fruto es una excelente fuente de vitaminas, fibra y minerales pero, ya que su ingesta va acompañada de mucho de azúcar, hay que tomarla con moderación. Combina muy bien con queso y frutos secos.

En la gastronomía sefardí, el membrillo o bimbrio es muy popular, y se cree que fue incorporado a la tradición por la influencia árabe.

Os dejo aquí la preparación de un postre, el Letuario de membrillo, presente en cualquier recetario bien surtido de repostería sefardí, que está riquísimo.

Ingredientes:
  • 1 kg de membrillos
  • 800 gr de azúcar
  • 10 clavos de olor
  • 5 ramas de canela
  • Agua 

Elaboración:
Se lavan bien los membrillos, se pelan y se cortan en gajos. A continuación, se recogen las pieles con una gasa formando un hatillo.
Se cubren justamente con agua los gajos y el hatillo, dispuestos en una cacerola. Se agrega el azúcar, los clavos y la canela en rama y se pone a cocer a fuego medio hasta que estén tiernos. 
Destapamos entonces la cacerola y seguimos cociendo a fuego muy lento hasta que espesa el almíbar, adquieriendo un bonito color rojizo.

Hay que tener paciencia, lleva bastante tiempo de cocción, pero como premio la cocina acaba oliendo a gloria.

Una cosa muy interesante acerca de esta receta es la utilización de la palabra letuario o electuario, en desuso en el castellano actual. Proviene del término latino electuarium y denomina a un preparado en solución de agua muy endulzada, que se utilizaba en la cocina, pero sobre todo en farmacia, como edulcorante para crear jarabes que disimularan el sabor desagradable de los medicamentos.

Y ahora, una curiosidad dedicada a mis amigas Christine y Camila:

En el Siglo de Oro español, era muy habitual entre las clases más bajas de la sociedad desayunar letuario de naranja (a base de cáscaras de naranjas amargas) y aguardiente, tal y como se documenta en la obra de los autores de la época (Góngora, Lope de Vega). Si queréis tirar de este cabo, os recomiendo este interesante artículo

En el libro de repostería sefardí de Ana Bensadon "Dulce lo vivas", además de esta receta, podemos encontrar otros letuarios: de pomelo, de limón, de naranja e incluso de berenjena....Habrá que probar.

4 comentarios:

  1. ¡Vaya! No le echo tanto clavo pero es una receta habitual en mi casa, aunque el término utilizado es "compota" (me sale la venilla francófona ;) ) Gracias Pilar no solo por las deliciosas recetas sino por ese vocabulario con el que se me hace la boca agua: letuario... ¡qué preciosidad! Ahora estoy liada con las castañas, en Las Alpujarras aprendí a hacer el Potaje de Castañas, cuya elaboración base es similar al Letuario de membrillo.
    Con el aguardiente lo que hago es licor de hierba luisa, y con vino tinto y anís el licor de membrillo que estará en su punto para las Navidades.

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  2. A mí también me pierden esas preciosas palabras que parecen fosilizadas, como el ámbar, pero que aun siguen vivas entre la comunidad sefardí.
    Espero que el alcohol lo tomes con moderación y no para desayunar, je je.

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  3. Hola Pilar,
    te invito a escuchar una jarcha (con la memoria que tienes, recordarás que eran unos versos en lengua mozárabe que aparecían al final de poemas en lengua árabe o hebreo) mientras nos tomamos un poquito de esta bebida ....
    http://www.youtube.com/watch?v=zDq-8BbLykc

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  4. Eres medio brujita, estoy preparando una entrada sobre jarchas y moaxajas!!!! Precioso el video.
    Quedamos, que no te veo desde hace mucho y ya tengo mono

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