Escudo de Castrillo |
En el día de ayer, 25 de Mayo de 2014, y aprovechando la jornada electoral para el Parlamento Europeo, los 56 habitantes del pueblo burgalés Castrillo Matajudíos fueron llamados a una consulta local con el objeto de cambiar la denominación del pequeño municipio por la de Castrillo Mota de Judíos.
El mes pasado, los habitantes recibieron una charla por parte de un historiador para que tuvieran información sobre el origen del nombre del pueblo. Al parecer, un grupo de judíos desterrados de la cercana Castrojeriz en 1035, se instaló en un cerro o mota que aún puede verse, dándose al emplazamiento el nombre de Mota Judíos. Siglos después, concretamente en 1623 aparecía ya referenciado en otros documentos como Matajudíos. Lo que cambia una vocal...
No se sabe si se trató del error de un escribano o algo deliberado para dejar clara la filiación católica de sus habitantes en tiempos de la Inquisición, pero desde entonces hasta ahora, nadie había hecho nada por desfacer el entuerto. Y lo más curioso es que desde siempre, en su escudo figura claramente una estrella de David azul sobre fondo blanco.
El actual alcalde, Lorenzo Rodriguez, muy implicado en la iniciativa reformadora, había vinculado su permanencia en el cargo al resultado de la consulta, asegurando que dimitiría en caso de que el resultado fuera contrario al cambio de denominación. Han participado en la votación 52 vecinos, con el siguiente resultado: 29 votos a favor, 19 en contra y 4 votos nulos.
Sea como fuere, desde hace más de un mes, este pequeño núcleo de población ha pasado a ser conocido a nivel nacional e internacional debido a esta conciliadora iniciativa. Ahora sólo queda esperar a que en otros casos se adopten medidas similares, pues en este país hay aún más matajudíos y matamoros de los deseables. El número óptimo, por supuesto, debería ser cero.
Y de los toros, ya si eso, hablamos otro día...
El actual alcalde, Lorenzo Rodriguez, muy implicado en la iniciativa reformadora, había vinculado su permanencia en el cargo al resultado de la consulta, asegurando que dimitiría en caso de que el resultado fuera contrario al cambio de denominación. Han participado en la votación 52 vecinos, con el siguiente resultado: 29 votos a favor, 19 en contra y 4 votos nulos.
Sea como fuere, desde hace más de un mes, este pequeño núcleo de población ha pasado a ser conocido a nivel nacional e internacional debido a esta conciliadora iniciativa. Ahora sólo queda esperar a que en otros casos se adopten medidas similares, pues en este país hay aún más matajudíos y matamoros de los deseables. El número óptimo, por supuesto, debería ser cero.
Y de los toros, ya si eso, hablamos otro día...
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